Esta tarde mientras me dirigía al Coll de les Barraques en la radio del coche hablaban sobre la ola de calor que azota Cataluña en estos días y sobre que en muchos puntos de nuestra geografía se pasarían los 40º , a las 17h llego al aparcamiento (1900m) y antes de bajar del coche miro el termómetro ....... 24º y pienso que: no es para tanto. Me pongo una gorra para el sol y cojo mi cinturón con un par de botellines de agua, ahora ya estoy listo.
Enciendo el crono y comienzo la larga subida al Puigmal, como ya he comentado en otras ocasiones me gusta subir desde Barraques ya que es un camino completamente solitario a diferencia de Fontalba, Nuria o incluso desde Francia. Como ya esperaba antes de salir mi ritmo no es excesivamente bueno, pero por sorpresa para mi aunque no es un ritmo rápido no he parado de trotar hasta la misma base del Puigmal (2700m), aquí iba pensando que mas que calor quizás tenía frío, y al llegar a la cima otra vez estaba allí con mi perro y con mi viejo amigo, Puigmal, los tres solos. En la cima me paré un minuto a reflexionar sobre que diferente era ese instante de soledad que yo pude disfrutar en esta a ratos solitaria cima con los momentos que se viven cada fin de semana en esta cima.
El tiempo en la subida 1:44h muy lejos de mi mejor marca (1:26h), he comenzado a bajar a ritmo tranquilo y pronto se me ha acabo el agua, en la bajada he podido ver como rebecos, ovejas y buitres me observaban atentamente mientras cruzaban de un lado al otro la frontera con Francia (que sabrán ellos de fronteras).
Al final he llegado al coche tras casi 3 horas de disfrutar de este maravilloso recorrido completando así una buena semana de recuperación de piernas tras 2 horas de ciclismo, 4 horas de BTT y 4 horas de correr.
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