El Viernes día de noche buena por la mañana salí de Mollet del Vallés con Jesús, tomando dirección a la Serra de Marina que como ya he explicado en varias ocasiones para mí es un auténtico entramado de caminos y senderos. Salimos con dirección a Sant Fost para ascender por la pista de Sant Cebriá de Cabanes hasta el Coll de la Conrería, una vez aquí y tras cruzar la carretera subimos hasta la torre de los forestales en la cima del Turó Galzeram, entonces descendimos con dirección a Sta. Maria de Martorelles por unas trialeras muy guapas que nos llevaron hasta el mismo cementerio local, donde comenzamos un ascenso con dirección al Castell de Sant Miquel, pero un desvío nos llevo a la fuente de la Merce.
Decidimos entonces hacer un camino muy duro conocido como el de las viñas que nos hizo bombear el corazón a toda máquina para no poner el pie en el suelo, una vez coronado otro collado seguimos bordeando el Castell por la zona de Montornés y por aquí comenzamos un rápido descenso con alguna sorpresa en forma de inoportuna cuesta. En una curva nos desviamos a la izquierda y bajamos por un sendero entre las construcciones del belén viviente de Martorelles. Una vez en el pueblo solo nos quedó regresar a Mollet.
El Día de Navidad a las 9:30h volvimos a quedar para hacer la III Clásica Fum Fum Fum de BTT, este año eramos los tres de siempre Jesús, mi tío Ángel y yo, y se había apuntado también Jordi que tras esperarlo un cuarto de hora nos llamó que iba tarde y que ya nos alcanzaría. Salimos con dirección a Martorelles y empezó el ascenso, a la altura de Can Girona Jesús me sorprendió con un camino a la izquierda que yo no conocía y que tras una dura subida nos llevó por la zona del Castell de Montornés, aquí un sendero nos dejó en la fuente de la Mercé y de esta un duro ascenso nos llevó a Can Gurri, en un collado Jesús nos regaló un sendero de varios quilómetros en bajada hasta Vallromanas. Llegando al pueblo Jordi nos llamó y nos dijo que estaba en la cima del Sant Mateu, quedamos con él para cruzarnos y así fue al poco rato nos vimos.
Entonces ahora ya eramos cuatro y subimos por la hípica de Vallromanas por un inclinado camino hasta el collado donde ya se veía el mar. Tras varias subidas mas, volvimos a la zona de Martorelles y comenzamos un largo descenso todo por senderos que nos dejó bastante contentos a todos, y así concluyó un recorrido que la verdad es que mejoramos año tras año.
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