El día amaneció algo nublado y a las 10 de la mañana iniciamos el ascenso, hicimos unos 500 metros por la pista principal de dicha estación para en una curva meternos en el bosque y seguir unas trazas que tras un buen rato nos llevaron directos a un pequeño collado en el que tras valorar diferentes posibilidades, decidimos cruzar la pista de esquí de fondo y en vez de seguir a Pollineras ir a buscar el Coll de la Barra y desde aquí seguir la carena hasta la cima.
Al cabo de algunos metros y ver que las trazas que seguíamos desde el principio no iban a ninguna parte empezamos a abrir nuestra propia traza, cada vez ganando mas metros y cada vez con más inclinación, en la parte alta de la larga pala que subíamos la nieve empezó a estar ventada y algunos puntos era casi hielo puro que nos obligaba a apretar bien los esquís para no bajar los metros subidos, y en la última diagonal antes de poder llegar a la carena Jesus que iba delante patino y bajo un centenar de metros sin tener posibilidad de frenarse y con el desenlace de varios golpes y un esquí y un bastón rotos. Yo que me miraba sin poder hacer nada el ostión y tras asegurarme de que estaba bien me puse los crampones y tras hablarlo con mi compañero decidimos coronar la cima del modesto Puig Punçó con crampones y iniciar lo que para él iba a ser un largo descenso con nieve hasta las rodillas.
Así lo hicimos coronamos la cima, y mientras que yo disfruté de una bajada con una nieve bastante buena, Jesus además de los golpes tubo que luchar por no hundirse en la nieve cada paso que dio, pero por suerte llegó al coche solo con algunas magulladuras.
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